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Remanente de tesorería: qué es y para qué sirve

La gestión adecuada de las finanzas es un aspecto fundamental para el correcto funcionamiento de cualquier entidad, ya sea pública o privada, pero es especialmente importante en el caso de las empresas. Y uno de los indicadores financieros más importantes en este ámbito es el remanente de tesorería, que se convierte en una métrica clave para medir la salud financiera de un negocio.

Este concepto puede resultar complejo para aquellos que no están familiarizados con él, por lo que es importante conocer su significado y la función que desempeña en la gestión financiera de las entidades. En este artículo, profundizaremos en qué es el remanente de tesorería y para qué sirve, así como en sus elementos clave y cómo se calcula. De esta forma, podremos entender la importancia de esta herramienta financiera en la gestión de las finanzas de cualquier entidad.

¿Qué es el remanente de tesorería?

El remanente de tesorería es la cantidad de dinero que queda disponible después de que se han pagado todos los gastos e inversiones correspondientes a un ejercicio económico. Es decir, el saldo final que queda en la cuenta corriente de la entidad al cierre de su ejercicio.

Un remanente de tesorería positivo indica una buena salud de la entidad, ya que significa que la entidad tiene más recursos líquidos positivos que los que necesita la empresa para hacer frente a sus obligaciones. Por el contrario, el remanente de tesorería negativo, que veremos más adelante, puede ser indicativo de una mala gestión de su tesorería, lo que puede abocar a la empresa a problemas financieros futuros.

Es un concepto que está especialmente ligado a la gestión de las administraciones públicas, aunque también es importante en el ámbito empresarial.

¿Para qué sirve el remanente de tesorería?

Este indicador se utiliza fundamentalmente para conocer cuál es el dinero “libre de cargas” que se puede utilizar para diferentes fines, como la inversión en nuevos proyectos, la reducción de la deuda existente o la creación de una reserva de liquidez para necesidades futuras.

También es un indicador fundamental para las administraciones públicas y muy especialmente para las entidades locales, ya que les permite valorar su solvencia financiera a corto plazo.

Elementos claves en el remanente de tesorería

Existen varios elementos clave que influyen en el remanente de tesorería de una empresa:

  • Derechos de cobro pendientes: que es un concepto que hace referencia a todos aquellas transacciones cuyo pago no se realiza de inmediato, sino que se pospone en un momento futuro, por ejemplo, a seis meses. En este caso, ambas partes acuerdan una fecha de vencimiento futura para el abono de la factura. Generalmente, estos derechos de cobro se devengan con plazos inferiores al año, por lo que forman parte del activo corriente de una empresa.
  • Créditos pendientes de cargo: son todo lo contrario a los derechos de cobro, es decir, son las obligaciones que la empresa tiene contraídas con sus proveedores (por facturas con pago diferido), entidades financieras (por la amortización de préstamos) u organismos públicos (por el aplazamiento de impuestos o cotizaciones sociales). Aunque constan como pasivos a nivel contable, estos conceptos deben estar respaldados por una liquidez efectiva, que tiene impacto sobre la tesorería de la empresa.
  • Fondos líquidos de tesorería: que es el dinero que una organización tiene disponible para cualquier fin. Representa la capacidad de pago de la empresa, y es una buena medida de su liquidez efectiva. También incluye activos financieros que una empresa mantiene disponibles en efectivo o equivalentes de efectivo, como depósitos a corto plazo, bonos del mercado monetario y otros instrumentos financieros de alta liquidez.

En ocasiones, también se añaden algunas partidas pendientes de aplicación que no tienen un registro definitivo en la contabilidad, tanto a nivel de cobros como a nivel de pagos.

¿Cómo se calcula el remanente de tesorería?

Una vez tengamos claros todos los conceptos que forman parte del remanente de tesorería, estamos en disposición de calcular el remanente de tesorería.

Para empezar, obtenemos el dinero líquido en positivo, sumando los fondos líquidos de tesorería a los derechos de cobro pendientes y restando los créditos pendientes de pago. Desde el punto de vista matemático:

Remanente de tesorería = fondos líquidos de tesorería + derechos de cobro pendientes – créditos pendientes de cargo.

¿El remanente de tesorería puede ser negativo?

La respuesta es sí.

El remanente de tesorería puede ser negativo en caso de que exista un exceso de gastos sobre los ingresos, lo que hace que los recursos líquidos sean suficientes para mantener la viabilidad del negocio.

En este caso, la entidad o empresa deberá obtener recursos externos para financiar ese déficit de fondos si no quiere verse abocado a una situación de insolvencia.

Ejemplo de un remanente negativo de tesorería

Un ejemplo de un remanente negativo de tesorería puede ser una pequeña empresa de servicios que experimenta una disminución en la demanda de sus servicios debido a la competencia de otras empresas.

Por ejemplo, supongamos que una pequeña empresa de servicios con un flujo de caja proyectado para el mes de mayo de 50.000€. Sin embargo, por un problema en la actividad, los costes de producción para ese mes ascendieron a 60.000€ y hay gastos operativos adicionales por 10.000€. Además, la empresa tiene una cuenta por cobrar pendiente de 20.000€, que no espera cobrar hasta el próximo mes.

En este supuesto, la empresa tendría un remanente negativo de tesorería de 40.000 (50.000 – 60.000 – 10.000 = -40.000 €). Esto significa que la empresa no tiene suficiente efectivo disponible para cubrir sus obligaciones financieras a corto plazo y enfrentaría dificultades para pagar sus facturas y cumplir con sus obligaciones financieras. Es decir, se encontraría en una situación de remanente negativo de tesorería.

¿Cómo evitar un remanente negativo de tesorería?

En el caso de que el remanente de tesorería sea negativo, la empresa tendría que tomar medidas para generar más ingresos o reducir los gastos para mejorar su posición financiera y evitar un remanente negativo de tesorería. Si la situación empeora y la empresa no puede cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo, podría enfrentar la posibilidad de quiebra o insolvencia.

Por lo tanto, es importante que las empresas mantengan un nivel adecuado de fondos líquidos de tesorería para evitar situaciones financieras difíciles que le aboquen a una situación de remanente negativo de tesorería.

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