¿Te ha surgido la posibilidad de hacer un trabajo y te piden facturar? Darse de alta como autónomo es un paso muy importante y serio, por eso seguramente hayas oído hablar de las cooperativas de autónomos como una buena alternativa frente a la senda de las cuotas, las trimestrales y todas esas cargas propias de los autónomos.
Si te estás planteando darte de alta en una, te aconsejamos leer antes lo que tenemos que contarte. Vamos a explicarte qué es y cómo funciona una cooperativa de autónomos, pero, sobre todo, en qué situación se encuentra esta figura a nivel legal y qué repercusiones puede tener facturar con una.
¿Qué es una cooperativa de autónomos?
Una cooperativa de autónomos, o también llamada cooperativa de facturación, es una asociación de trabajadores que emite facturas en nombre de sus integrantes. Cada socio que forma parte de ella, pagando su correspondiente cuota por inscripción, puede facturar por trabajos sin necesidad de darse de alta como autónomo.
¿Por qué? Porque la cooperativa es la que se encarga de emitir la factura, pagando al socio el importe correspondiente por el trabajo que haya realizado, pero restando algunos conceptos en materia de Seguridad Social y posibles comisiones por las gestiones.
¿Por qué surgen las cooperativas de autónomos?
Las cooperativas de autónomos surgen como un mecanismo alternativo para quienes tienen la posibilidad de llevar a cabo trabajos por cuenta propia, pero no quieren afrontar los gastos y responsabilidades habituales de los autónomos, como el pago de las cuotas o las liquidaciones trimestrales.
Su fórmula se moldeó para ofrecer otra forma de facturar. Sin embargo, la ley y la fiscalidad que rodea a los autónomos ha cambiado mucho en los últimos años, sobre todo este 2023 en lo que respecta a las cotizaciones.
Por eso, la figura de la cooperativa ha ido perdiendo mucha fuerza recientemente, y más tras los problemas legales en los que se han visto envueltas muchas de ellas.
¿Cómo funciona una cooperativa de autónomos?
El funcionamiento de una cooperativa de autónomos es muy sencillo. Lo único que tienes que hacer es registrarte en ella y abonar una cuota de asociado de forma periódica.
Al hacer esto, la cooperativa se encarga del resto. Cuando tengas que emitir una factura, la cooperativa te dará de alta como si fueras un trabajador que forma parte de ella temporalmente. Así, facturas en nombre de la cooperativa y esta se encarga de la gestión de IVA, IRPF y demás.
Toda la fiscalidad queda del lado de la cooperativa de autónomos, ahorrándote además el pago de la cuota de autónomos. De hecho, optar por esta modalidad evita pagar las trimestrales del IVA y gastos de asesoría, todo a cambio del abono de una cuota.
Como has podido ver, el funcionamiento es simple. Te dan de alta, emites la factura, cobras y te dan de baja. No obstante, no es un modelo precisamente perfecto, aunque ya hablaremos de esto más adelante.
¿Qué coste conlleva una cooperativa de autónomos?
El coste de formar parte de una cooperativa de autónomos depende de varios factores. Tienes que pagar tanto una cuota de inscripción como una cuota mensual y, además, a la hora de cobrar por el servicio que hayas llevado a cabo, tu “nómina” tendrá aplicados varios descuentos que restan valor al importe final. Cosa que los convierte en gastos indirectos.
Dicho eso, estos son los costes habituales que conlleva una cooperativa de autónomos a día de hoy:
- Cuota de inscripción: puede ser desde 0 € hasta 100 €.
- Cuota mensual: variable, pero generalmente está en torno a los 6 ó 10 € al mes.
- Costes de la Seguridad Social: variable y proporcional al total de días dado de alta como trabajador. Se resta en la nómina generada con tu factura.
- Retención de IRPF: habitualmente, un 2% aplicado sobre la base imponible de tu factura.
- Gastos de gestión: hasta un 10% aplicado a la base imponible de tu factura, destinado al pago de impuestos declarados por la cooperativa.
- Comisión de la Sociedad: entre un 5% y un 7% de la base imponible de tu factura.
¿Es recomendable facturar a través de una cooperativa de autónomos?
Aunque su fórmula pueda sonar bien, la verdad es que no es nada recomendable facturar con una cooperativa de autónomos. Las leyes se han endurecido y el Ministerio de Trabajo persigue cada vez con más fuerza estas organizaciones a través de inspecciones de trabajo.
En los últimos años, se han visto ya numerosos casos de cooperativas que han sido llevadas a los tribunales, con fuertes sanciones económicas tanto para sus responsables como para quienes han facturado a través de ellas.
Sí, si facturas a través de una cooperativa te expones a recibir una multa. ¿De qué cuantía? Para empezar, el valor de todas las cuotas de autónomos correspondientes al periodo que llevas facturando. Para terminar, un recargo adicional por la demora al no pagar las cuotas cuando correspondía.
La persecución e investigación de las cooperativas no ha terminado, ya que muchas de ellas están en el punto de mira por posibles fraudes a la Seguridad Social. Máxime a partir de este 2023, que se ha establecido un nuevo sistema de cotizaciones por ingresos con el que el Gobierno quiere facilitar el acceso al régimen de autónomos y conseguir un sistema más equilibrado.
Insistimos, si puedes evitar este sistema, evítalo. En caso de que te lo estés planteando, consulta antes con un asesor o gestor especializado en la materia para que pueda ofrecerte más indicaciones.
¿Cooperativa de autónomos o alta de autónomos?
Teniendo en cuenta que las cooperativas están perseguidas por la Ley, y que acudir a ellas puede suponer llevarte una sanción, lo más recomendable es optar por el alta de autónomos para facturar un trabajo.
En la actualidad, tienes mecanismos de sobra para evitar recurrir a una cooperativa. Si se trata de un trabajo puntual, es posible incluso que no necesites siquiera darte de alta. Ahora bien, si la intención es trabajar con más frecuencia, deberás hacerlo.
Además, puedes optar por la tarifa plana de autónomos, que reduce la cuota a 80€ durante el primer año y la prolonga durante todo el segundo si no superas el SMI. También tienes la opción de pedir la cuota cero, aunque esto solo es posible si vives en Andalucía, Madrid, Murcia o Baleares.
En definitiva, mejor optar por el alta de autónomos y evitar correr riesgos innecesarios.
