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Estado de flujos de efectivo: ¿qué es y cómo hacerlo?

¿Sabes por qué necesitas dominar el estado de flujos de efectivo? Este estado financiero ofrece información muy interesante para tu negocio, que se refleja en el libro diario. Por eso, debes presentarlo correctamente a la Administración.

A lo largo del artículo se van a responder todas tus dudas sobre este elemento de la contabilidad empresarial.

¿Qué es el estado de flujos de efectivo y para qué sirve?

El estado de flujos de efectivo recoge los cobros (detallando su origen) y los pagos que hace una empresa durante el ejercicio en curso. Es decir, las entradas y salidas que se registran en las cuentas de efectivo, así como en otros activos líquidos equivalentes. Estos incluyen:

  • Los que no son susceptibles de grandes variaciones de valor.
  • Aquellos que se integran en la gestión habitual de la tesorería de la empresa.
  • Los activos que en el momento de su compra no tengan un vencimiento de más de 3 meses.

¿Para qué sirve el estado de flujos de efectivo? Esencialmente, los datos que proporciona te permiten tener una visión clara de las políticas de contabilidad, financiación e inversión de tu negocio. Así, puedes prevenir problemas y establecer las mejoras necesarias en cada momento. Además:

  • Es un efectivo método de control de la posible descapitalización de la empresa.
  • Ayuda a predecir los flujos de efectivo futuros.
  • Señala los cambios que se han producido en los diferentes ciclos productivos.
  • Da información sobre si el negocio es capaz de afrontar las deudas, intereses y dividendos.

¿Quién debe presentar el estado de flujos de efectivo?

Ahora que ya tienes claro qué es el estado de flujos de efectivo y su importancia, es el momento de señalar que deben llevarlo a cabo obligatoriamente todas las empresas que presenten sus cuentas anuales sin abreviar a la administración.

Cómo hacer el estado de flujos de efectivo

Si tu empresa se incluye en la categoría de quien debe presentar el estado de flujos de efectivo, tienes dos opciones para realizar este procedimiento:

  • El método directo, que incluye el efectivo derivado de la actividad de la empresa, sus actividades de financiación e inversión.
  • El método indirecto, que va más allá de las entradas y salidas concretas, e incluye aspectos como las depreciaciones o las pérdidas en ventas.

Clasificación por el método directo

Clasificar los movimientos de efectivo que se realizan en una empresa por el método directo implica tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Los cobros y pagos derivados de la actividad principal de explotación empresarial.
  • Los cobros procedentes de la venta de títulos emitidos por la empresa y recursos que conceden las entidades financieras. También se incluyen aquí los pagos por la amortización de los mismos y los dividendos para los accionistas.
  • Los pagos derivados de la compra de activos no corrientes, o la enajenación, amortización o vencimiento de inversiones.

Clasificación por el método indirecto

Si quieres saber cómo hacer el estado de flujos de efectivo según el método indirecto, debes aplicar una conciliación entre la utilidad neta y el flujo de efectivo de las actividades de operación. Es decir, esta clasificación va más allá de las entradas y salidas de efectivo y tiene en cuenta las siguientes partidas:

  • Cambios en rubros operacionales.
  • Correcciones monetarias del período de cuentas.
  • Provisiones para protección de activos.
  • Fluctuaciones cambiarias.
  • Depreciaciones y amortizaciones.
  • Cambios en las cuentas operacionales de la empresa.
  • Beneficios o pérdidas en ventas, equipos u otros activos.

Diferencia entre el método directo e indirecto

Los datos obligatorios del estado de flujos de efectivo son, esencialmente, los mismos en estos métodos. De todos modos, entre ambos existen diferencias que merece la pena resaltar.

Así, el método directo presenta el efectivo ordenado según los pagos y cobros realizados en inversiones, operaciones y financiaciones. Es decir, sigue esta fórmula:

Estado de flujos de efectivo = actividades de operación + actividades de inversión + actividades de financiación.

En cambio, la fórmula que establece el método indirecto es: Resultado del período +/- importes sin uso de efectivo + actividades de inversión + actividades de financiamiento.

¿Durante cuánto tiempo debe guardarse?

Una de las preguntas más habituales de quienes empiezan a realizar la contabilidad de su empresa por su cuenta es cuánto tiempo ha de guardarse el el estado de flujos de efectivo.

El artículo 30 del Código de Comercio indica que los libros contables, la documentación, correspondencia y justificantes empresariales deben guardarse durante 6 años. Este período se contabilizará a partir de la fecha del último apunte realizado en los libros.

También hay que señalar que el cierre del negocio implica igualmente cumplir con este plazo de tiempo. Incluso si se produce el fallecimiento del propietario, los herederos siguen teniendo la misma obligación.

En definitiva, el estado de flujos de efectivo sirve para tener un riguroso control de los ingresos y gastos que forman parte de la tesorería de una empresa. De esta manera, se ayuda a una mejor programación financiera y, en consecuencia, a obtener resultados finales exitosos.

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